jueves, 22 de diciembre de 2016

Cuento para Navidad

Si, si,  no me he equivocado de preposición, “para es para” y no “de”.
Os voy a contar un relato que los Hermanos Grimm publicaron en 1819, en un libro de cuentos de hadas.
Es un relato que aunque no es de temática navideña, es tradicional leerlo por estas fechas en Alemania.
La rica tradición de literatura navideña fue iniciada por Washington Irving con su relato Old Christmas, publicado en 1820. En este cuento, Irving plasma con tono nostálgico y gran sentido del humor, la tradición de las celebraciones navideñas en la Inglaterra del siglo XIX, localizadas en una casa de la campiña. El relato está adornado por numerosas ilustraciones victorianas de Randolph Caldecott. Y seguro que fue una de las fuentes en las que Dickens se inspiró, para escribir A Christmas Carol, el más popular de los relatos de Navidad, traducido en español como Cuento de Navidad.  (Ahora si es “de” y no “para”, la preposición que corresponde).
La novela corta escrita por Charles Dickens, fue publicada originalmente por Chapman & Hall el 19 de diciembre de 1843. Todos conocemos la historia de Ebenezer Scrooge, un personaje tacaño y malhumorado que odia la Navidad. En mi opinión, la obra de Dickens, desempeñó un papel fundamental en el resurgimiento, en el mundo anglosajón, de un espíritu navideño que la reforma protestante y los puritanos habían reprobado. Tras la publicación de este cuento, la Navidad pasó a ser una fiesta más familiar que religiosa; una fiesta que invita a la generosidad, a la amistad, a la hospitalidad y a la alegría.
Pero voy a dejar ya esta introducción y voy a contar el cuento:

Los táleros de las estrellas

“Érase una vez una niña a la que se le habían muerto el padre y la madre, y era tan pobre que ya no tenía siquiera una casa en la que vivir ni una cuna en la que dormir, ni ninguna otra cosa más que la ropa que llevaba puesta y un pedacito de pan en la mano que le había dado un corazón compasivo. Pero era buena y piadosa. Y, como todo el mundo la había abandonado, echó a andar hacia el campo confiando en Dios. Entonces se encontró con un hombre pobre que le dijo:
—¡Ay! Dame algo de comer, que tengo mucha hambre.
Ella le dio todo el pedacito de pan y dijo:
—Que Dios te lo bendiga —y continuó su camino.
Entonces llegó un niño lloriqueando y le dijo:
—Tengo mucho frío en la cabeza, dame algo con que cubrirme.
Ella se quitó el gorro y se lo dio. Y no había dado más que unos pasitos cuando se le acercó otro niño que no tenía camisa y se estaba helando; entonces ella le dio la suya, y aún más, otro le pidió la saya y ella también se la dio. Finalmente llegó a un bosque y ya se había hecho de noche, entonces llegó otro y le pidió una muda, y la buena niña pensó: «La noche está oscura, no te ve nadie, seguro que puedes darle tu muda», y se la quitó y también se la dio. Y estando así, sin tener ya nada más, de repente empezaron a caer estrellas del cielo, y eran un montón de táleros, macizos y relucientes, y, aunque había dado hasta su muda, tenía una nueva, y era del lino más fino. Entonces recogió los táleros y fue rica el resto de su vida.”

A todos los que habéis llegado hasta aquí os deseo 


* Ilustración de “Old Christmas”. Randolph Caldecott.
** Ilustración de “A Carol Christmas”. Mr. Fezziwig’s Ball de John Leech.
*** Ilustración de “Die Sterntaler” de Viktor Paul Mohn

Notas: 
- La novela de Washington Irving "Vieja Navidad" ha sido publicada en español por primera vez, por la editorial sevillana El Paseo hace unos días.

- Cuando leí por primera vez la palabra tálero, antes de imaginar que podía significar por el contexto, y recordando las enseñanzas de mi madre, acudí al diccionario de la RAE y tálero con tilde se refiere a:  
- 1. m..Antigua moneda alemana de plata.
Si se busca talero (sin tilde) pone:
- 1. m. Arg., Bol., Chile, Par. y Ur. Rebenque corto y grueso, con cabo de tala u otra madera dura y lonja corta.
Y como no conocía la palabra rebenque, seguí consultando y rebenque es:
- 1. m. Látigo de cuero o cáñamo embreado, con el cual se castigaba a los galeotes.
- 2. m. Mar. Cuerda o cabo cortos.
- 3. m. Arg., Bol., Chile, Ec., Par., Perú, Ur. y Ven. Látigo recio de jinete.
Y seguí investigando y supe a que se refería tala y lonja, pero no os lo voy a contar, consultad el diccionario de la RAE, es una ejercicio estupendo.

3 comentarios:

Salvador dijo...

Lales,
Un texto delicioso que deberían leer los jóvenes bibliotecarios. Felicidades

Anónimo dijo...

Precioso, gracias por cultivarnos. Dentro de unos años se lo leeré a Mar. Besos Herminia

Anónimo dijo...

Precioso