Hace tres años que mis publicaciones en el blog son menos
frecuentes, este año solo he publicado dos entradas. No sé muy bien la razón,
me ocurre desde que estoy jubilada; en teoría tengo más tiempo pero en la
práctica no. Una de las “actividades” que influyen en la falta de mantenimiento
del blog es mi participación en Facebook. Pero no creo que eso os pueda
interesar.
Hoy voy a atreverme a escribir sobre algo muy importante:
como vivir mejor.
En Noviembre del año 2007 hice un curso que ofrecía la Escuela
Valenciana de Estudios para la Salud dentro del Plan de Formación Continua:
“Coaching para el desarrollo de habilidades emocionales”.
He de confesar que cuando solicité el curso no sabía a que me
había apuntado. Coaching ¿qué era eso?, el Coaching no estaba de moda, ahora
hasta los gatos son coach.
No sabiendo de que se trataba, fui osada ya que el curso era
presencial y de 40 horas (por supuesto fuera del horario laboral). Pero mi
osadía y esfuerzo fueron ampliamente recompensados. El curso lo impartía una
persona extraordinaria, Cristina Martínez Brotons. Después siguieron unos
cuantos cursos más con ella, todos estupendos. Sus enseñanzas me han servido
para ser más feliz.
Ahora vuelvo a ser osada pretendiendo escribir este post para
ayudar, a que los que han llegado hasta aquí, a vivir mejor, a ser más felices;
va especialmente dedicada a un amigo que me sigue y tengo la impresión de que
no disfruta tanto de la vida como yo, él tiene motivos y meritos para ser muy
feliz.
Con mis escasos conocimientos de psicología, voy a tratar de
simplificar el tema. Espero que los profesionales en la materia sean
indulgentes conmigo.
Hay tres aspectos psicológicos fundamentales: el pensamiento,
el sentimiento y la conducta. Los tres están íntimamente relacionados.
Y el conocimiento de esta interrelación es clave para
conseguir una forma de vivir mejor. Quisiera aclarar, que para mí, vivir mejor
no es tener mucho dinero ni vivir rodeada de lujos y sin preocupaciones; ya
sabéis a que me refiero.
En “Ideas y creencias”, Ortega distingue dos tipos de
pensamientos: las ideas y las creencias. Las ideas son los pensamientos que se
nos ocurren acerca de la realidad, las consideramos como obras nuestras, como
el resultado de nuestro pensar.
Normalmente no llegamos a ellas como consecuencia de la
actividad intelectual; los pensamientos que tenemos están determinados por
nuestras creencias, las cuales se construyen a lo largo de nuestra vida y están
basadas en las experiencias, los valores, la cultura, y las tradiciones.
Los pensamientos son los que nos producen emociones.
La emoción es una reacción subjetiva al ambiente, que se
puede acompañar de cambios orgánicos. Las emociones básicas son: miedo,
sorpresa, aversión, ira, tristeza y alegría.
Nuestras emociones pueden ser determinantes a la hora de
estimular la producción en nuestro organismo de ciertas sustancias que pueden
influir en nuestra salud.
Cuando las personas cambiamos nuestro modo de pensar acerca
de las cosas, del mundo o de nosotros mismos, sentimos de modo diferente y esto
nos conduce a actuar de forma distinta, a comportamos de diferente modo. Los
pensamientos negativos nos llevan a desarrollar estados de ánimo
disfuncionales: problemas de autoestima, fobias, depresión, obsesiones etc.
Es un hecho constatado que la realidad es la misma para todos,
pero no todos la interpretamos de la misma manera; las cosas del mundo nos
afectan según el modo en que pensamos sobre ellas, no nos afectan por lo que
son sino por el modo en que las vemos o las interpretamos (ya lo dijo Ramón de
Campoamor: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira….)
Si llegas a un lugar y varios desconocidos que te miran
fijamente, según la interpretación que hagas de este hecho, es decir según lo
que pienses, reaccionaras a nivel emocional y conductual de una forma u otra;
por ejemplo: si piensas que los demás te están evaluando positivamente te
sentirás mejor que si crees que te valoran negativamente y en función de cómo
te sientas, actuarás.
Por todo ello es de extraordinaria importancia que sepamos
reconocer nuestros pensamientos negativos, los que son exagerados, ilógicos,
distorsionados y poco realistas. Y además de reconocerlos hemos de saber
filtrarlos o racionalizarlos.
No puedo enumerar aquí los pensamientos irracionales más
importantes, citaré solo algunos: el pensamiento polarizado, la
personalización, las falacias, etiquetado, adivinación de intenciones,
magnificación y minimización. Buscando
en Google, como casi siempre, podéis conocer más cosas de las distorsiones cognitivas,
es muy interesante conocerlas para identificarlas y así poder filtrarlas.
Una vez identificado un pensamiento irracional debemos
aplicarle tres filtros:
-
el primero el de la evidencia (para ello podemos hacernos alguna de estas preguntas: ¿Es
totalmente cierto este pensamiento? ¿En qué pruebas me baso? ¿Es un hecho
probado científicamente?)
-
el segundo es la gravedad (hemos de hacer preguntas para evaluar la magnitud de las
consecuencias, en caso de que el pensamiento fuera cierto. ¿Serían tan
terribles las consecuencias? ¿Qué ocurriría si...? ¿Podría encontrarme bien aún
cuando esto sea así? ¿Hay otras personas a quienes les haya ocurrido y cómo lo
han vivido?)
-
y por último el filtro de la utilidad, yo es el que aplico con más
frecuencia y eficacia (las preguntas que nos tenemos que hacer intentan evaluar
los efectos de pensar de esa manera. ¿Qué consecuencias tiene para mí pensar
así? ¿Me ayuda a solucionar mis problemas?
¿Me hace sentirme bien?)
Este filtrado es simplemente el esbozo de una técnica y
pensar que con esto tan básico se puede salir de situaciones complicadas y de
emociones muy negativas es ingenuo. Se requiere un gran trabajo personal y la
ayuda de un terapeuta en muchas ocasiones.
Pero si con lo que has leído, has sido capaz de conocer el
origen de tu malestar, si has puesto en tela de juicio algunas de las creencias
que te angustian, y has podido pensar que te puedes sentir mejor, significará
que ya estás en el camino de aprender a cambiar la manera de enfocar tu vida y
ser más feliz, este era mi propósito al escribir el post.
Resumiendo, el pensamiento crea la emoción y la emoción influye
en la conducta.
1 comentario:
Muchas gracias por esta lección, tan importante y tan bien explicada.
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