Hace más de 40
años, durante las vacaciones de verano, pasé unos días en Flensburg en casa de
mis tíos.
Para ir al centro de la ciudad, el camino más corto
atravesaba el Mühlenfriedhof, el cementerio más importante de la ciudad. Lejos de ser
un lugar siniestro, triste y frío, era un bonito y extenso jardín donde se
respiraba paz, cruzarlo era un paseo muy agradable.
Tal vez fue esa
experiencia la que hace que me guste visitar algunos cementerios.
El lugar responde
exactamente al significado de la palabra cementerio en alemán, Friedhof (fried: pacifico, hof:
patio). Muchos años
después pude experimentar la misma sensación de paz y sosiego también en un
cementerio alemán, cuando en Berlín iba desde la casa donde vivía Lucia, en
Solmsstraβe, hacía el centro. Atravesaba los cementerios de Halleschen Tor, en el barrio de Kreuzberg,
donde sin buscarla, encontré la tumba de
Felix Mendelssohn Bartholdy y de numerosos miembros de su familia.
Los cementerios, como los mercados, son un buen reflejo
de la sociedad.
En ellos se concentran obras de arte, esculturas,
arqueología, diferentes modelos de ingeniería urbanística, las tumbas de
personajes ilustres, en suma, la huella del paso de los años, que son la historia
de un lugar o una ciudad. Hasta literatura
podemos encontrar en los cementerios si nos referimos a los epitafios que
figuran en algunas sepulturas, algo que merece una entrada aparte (el año que
viene por estas fechas).
Hace unos pocos años se ha puesto de moda en
España una nueva modalidad turística, el necroturismo. En Europa ya es más
tiempo conocida. Puede parecer extraño pensar que un cementerio sea un lugar de
interés turístico.
Los que apoyan el necroturismo consideran que es
una buena manera de favorecer la preservación y el cuidado de los cementerios, considerados
como espacios que guardan un importante patrimonio histórico, artístico y
social. Cada vez hay más destinos turísticos que empiezan a promocionar las
visitas a sus cementerios como una atracción más. Hay ciudades que cuentan con
cementerios que puede resultar interesante, bien por su forma arquitectónica o
por ser lugares donde está enterrado algún personaje célebre o infame.
No cabe duda que algunos cementerios son lugares
repletos de historia y arte.
No me considero una necroturista, los cementerios
no son el objetivo de mis viajes pero he visitado algunos y he disfrutado con
ello.
Cuando fui al valle del Roncal visité el mausoleo de Julián Gayarre obra del
valenciano Mariano Benlliure. La obra recibió la medalla de honor de escultura
en la Exposición
Universal de Paris en 1900 y la reina regente María Cristina
quiso instalarlo junto al Teatro Real de Madrid pero la familia del tenor se
negó.
He visitado algunos de los típicos cementerios
turísticos como el de la Recoleta en Buenos Aires, el cementerio de Eyüp en
Estambul que ofrece unas impresionantes
vistas del Cuerno de Oro y el cementerio Judío de Praga, pero en Praga también
he visitado otro cementerio menos conocido, pero muy interesante tanto por los
personajes ilustres que allí descansan, como por las maravillosas vistas que desde allí se tienen de la ciudad y el río Moldava:
el cementerio de Vyšehrad.
La colina de Vyšehrad, donde se encuentra el
cementerio, desde el punto de vista turístico es la zona menos conocida de
Praga, hay guías que ni siquiera la mencionan. Si
vais a Praga no dejéis de visitarla, es un lugar lleno de historia y encanto,
tranquilo y alejado de los circuitos turísticos de la ciudad. También
merece otro post que algún día escribiré.
En su obra Adonaïs, Percy Shelley dice:
“The cemetery is an open space among the ruins, covered in winter with
violets and daisies. It might make one in love with death, to think that one
should be buried in so sweet a place.”
Percy Bysshe Shelley, uno de los máximos exponentes
de poesía romántica inglesa, está enterrado en el Cementerio Protestante de
Roma, del que dijo en vida, que era "el cementerio más bello que había
visto".
Yo no diría tanto, pero si recomendaría
su visita a los visitantes de Roma.
* Iglesia de San Nectan en Hartland, Devon.
** Tumba de Felix Mendelssohn en Kreuzberg, Berlín
***Ángel en La Recoleta, Buenos Aires.
**** Sepultura de Smetana en Vyšehrad, Praga.
***** Cementerio de Vyšehrad.
****** Cementerio de Mortehoe, North Devon.
2 comentarios:
A propósito del post, mi amigo Rafa, en un email me comenta que no hago mención del cementerio Père Lechaise de Paris.
No he pretendido hacer un listado de los cementerios importantes y/o famosos, aunque he citado algunos de ellos; tampoco he hablado de todos los cementerios que he visitado y me han parecido interesantes como las catacumbas, el cementerio de Arlington, la Ciudad de los Muertos del Cairo, la Cripta de los Capuchinos de la Iglesia de Santa María de la Concepción en Roma etc.
Podría también haber mencionado el Cimitirul Vesel, o Cementerio Alegre de la aldea Sapantza en Rumania, o el de Casa Bermeja en Málaga y tantos otros, pero solo quería, de algún modo, trasmitir que los cementerios que más me gustan son los que fundamentalmente son un jardín, aunque solo sea un trozo de césped con tumbas alrededor de una iglesia en un pueblecito inglés, y esto no es precisamente el necroturismo.
Rafa ....... Maintenant vous savez pourquoi pas?
Me fascinan los cementerios por causas que no acierto a explicarme, pero no me atrevo a calificar esto de necrofilia. En un cementerio tejano hay la estela funeraria de un tocayo mío, y otro falleció hace pocas semanas en un accidente en Valencia. Gracias por estas aportaciones.
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