Estuve en el Palau de les Arts viendo I due Foscari, una
ópera de Verdi basada en una obra homónima de lord Byron, The Two Foscari. Es una ópera que habla de
abuso de poder, de traición y de venganza en la república de Venecia del siglo
XV, temas que cobran una relevante actualidad en la España de hoy, donde los
casos de corrupciones se multiplican. Pero también trata de amor paterno filial y
amor conyugal.
El estreno mundial de I due Foscari tuvo lugar el 3 de
noviembre de 1844 en el Teatro Argentina de Roma.
Es una obra de Verdi que se representa poco y eso hace
que me considere muy afortunada por haber tenido la ocasión de escuchar
tan maravillosa composición musical.
Me gustó mucho la música, en mi opinión muy bien
interpretada por la orquesta a pesar del director; también me pareció
espléndida la actuación del tenor Iván Magri como Jacopo Foscari; la actuación
de Placido Domingo me dejó algo
desilusionada, tal vez por hacer de baritono en vez de tenor o por su indisposición,
anunciada antes de comenzar el espectáculo (dijeron que se encontraba afectado
por una viriasis digestiva).
Pero no era el único indispuesto en la sala, entre "el
respetable" había mucho acatarrado que no paraba de toser y también mucho
personaje sin educación que no paraba de hablar y aplaudía a destiempo.
Una velada de ópera es algo más que la obra musical, es
el recinto, es el ambiente y el público asistente.
Sobre la obra de Verdi hay mucha información en la
Internet pero sobre lo que yo ayer viví no y eso es lo que os voy a contar.
He de
confesar que no me gusta el Palau de les Arts, me parece un recinto frío,
demasiado funcional e incómodo, “otra genialidad de Calatrava”, nada
que ver por ejemplo con la
Deutsche Oper en
Unter den Linden de Berlín o con el Teatro Colón de Buenos Aiures en los que he estado, y no entraré en más detalles en
cuanto al local de Valencia ni en cuanto a la obra de Calatrava. Otro día escribiré sobre ello.
El público es otro aspecto de la cuestión, hay quien va a
ver el espectáculo y hay quien va a que lo vean que va a ver el espectáculo ¿lo
pilláis? Y luego hay un porcentaje no despreciable de personas que es la
primera y tal vez la última vez que asisten a la ópera. Les falta ese saber estar que da el
conocimiento y la cultura de este exclusivo
mundo que es la ÓPERA.
Anoche, “el respetable” me hizo recordar una escena de la película “El destino de Sissi”: Francisco José y Sissi acuden a la Scala de Milán para ver una ópera. Como muestra de desprecio a los emperadores, la nobleza italiana regala sus entradas a la servidumbre y las butacas están llenas de cocineras, cocheros, lacayos y mayordomos. Cuando los emperadores entran en el palco principal, en lugar del himno austriaco, la servidumbre comienza a cantar el "Coro de los esclavos” de Nabucco, precisamente de Verdi.
Anoche, “el respetable” me hizo recordar una escena de la película “El destino de Sissi”: Francisco José y Sissi acuden a la Scala de Milán para ver una ópera. Como muestra de desprecio a los emperadores, la nobleza italiana regala sus entradas a la servidumbre y las butacas están llenas de cocineras, cocheros, lacayos y mayordomos. Cuando los emperadores entran en el palco principal, en lugar del himno austriaco, la servidumbre comienza a cantar el "Coro de los esclavos” de Nabucco, precisamente de Verdi.
Y también recordé algo que en cierta ocasión oí y me dejo
helada; hacía poco tiempo que se había inaugurado el Palau de les Arts y una
persona elogiaba las instalaciones, le maravillaba que cada asiento contara con
las pequeñas pantallas que traducen la opera
y añadió: “solo faltan unos buenos auriculares”, lo dijo en serio, increíble pero cierto, mis oidos lo oyeron.
A pesar de todo, una noche en la ópera es UNA NOCHE EN LA
ÓPERA y Verdi es VERDI.
* fotograma de “Una noche en la opera” de los hermanos Marx.
** Staatsoper Unter del Linden. Berlín.
*** Ca’ Foscari, palacio adquirido en 1452 por el dux
Francesco Foscari, hoy sede de la Universidad Palacio Foscari de Venecia.
1 comentario:
Como en todo acto social, son increibles y variopintas las motivaciones de los personajes que concurren allí, que por supuesto, no escapan a una sagaz observadora.
Pero como tu dices UNA NOCHE EN LA ÓPERA, ES UNA NOCHE EN LA ÓPERA, aunque pueda ser mejorable.
Tu post es una mezcla de crítica musical y estudio sociológico. Brillante.
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