domingo, 9 de noviembre de 2014

Die Stolpersteine

Como comentaba en el post anterior, Lucia en Berlín, vivió en Solmsstraβe, en Kreuzberg, un barrio encantador.
Un día, al salir de su casa, descubrí en la acera, entre los adoquines, unas placas metálicas con una inscripción que llamaron poderosamente mi atención.
Se trata de los Stolpersteine. De ellos trata este post, queriendo de alguna manera unirme a la conmemoración de los 25 años de la caída del Muro, die Mauer, al que dediqué un post a los 20 años de su apertura. 
Pincha sobre la foto y se abrirá en nueva ventana el post dedicado al Muro
Los Stolpersteine son una idea original del artista berlinés Gunter Demnig, para conmemorar a  las víctimas de la persecución nazi, son adoquines de 10x10x10 recubiertos de latón con el nombre de la persona a la que conmemoran y que se colocan en la acera en frente de su último lugar de residencia o donde trabajaban y así devolverlos simbólicamente a su barrio del que fueron arrancados para ser conducidos a los campos de exterminio.

 

En 1990 Demming empezó a pensar en un proyecto artístico para conmemorar el 50 aniversario de la deportación de más de 1000 romaníes y sintis residentes en Colonia, a diferentes campos de concentración.
La idea inicial  de hacer un solo monumento la modificó; pensó que era mejor hacer pequeños pero numerosos monumentos en forma de adoquines repartidos por las calles de Colonia. Y así empezó este pequeño gran proyecto, con el que se pretende realizar una placa para cada una de las victimas del régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
El primer Stolperstein fue colocado por Demming en la plaza del ayuntamiento de Colonia, cuando se cumplían los 50 años de la firma de la orden dada por Himmler para la deportación de "los gitanos". A partir de entonces, desarrolló el proyecto "Stolpersteine" para recordar a todas las victimas del Holocausto.
Con los primeros 250 Stolpersteine creados por Demming se celebró en 1994 una exposición alentada por uno de los sacerdotes de la Antoniterkirche del centro de Colonia. Pocos meses después en 1995 se instalaron los Stolpersteine en las aceras de las calles de Colonia sin permiso de las autoridades y también en las calles de Berlín en el barrio de Kreuzberg.
En Alemania, hasta el año 2000 no hubo permiso de la administración para colocar legalmente estos minimonumentos. Hay ciudades que aún no los permiten, en noviembre de 2013, el consejo municipal en Villingen-Schwenningen rechazó  su colocación.
Los Stolpersteine son financiados por donativos de particulares o de colectivos. Un Stolperstein cuesta 120 €. Una vez colocados, pasan a ser propiedad de la ciudad.
Actualmente hay casi 40.000  Stolpersteine repartidos por las aceras de  800 municipios alemanes y de municipios de 12 países europeos (Austria, Hungría, los Países Bajos, Bélgica, la República Checa, Noruega, Ucrania, Italia etc.) En Berlín hay 5000 Stolpersteine y de ellos unos 450 en Kreuzberg y sigue este ambicioso proyecto que pretende honrar a los seis millones de victimas del Holocausto.
- Stolperstein, en plural Stolpersteine (stolper = tropezar, Stein = piedra)
- Hay una Stolperstein app.
* Solmsstraβe esquina con Gneisenaustraβe, donde vivía Lucia.
** Stolperstein en Solmsstraβe, habia 3 más de la misma familia. Pone "aqui vivió ....."
*** 3 stolpersteine.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Cementerios


Hace más de 40 años, durante las vacaciones de verano, pasé unos días en Flensburg en casa de mis tíos.
Para ir al centro de la ciudad, el camino más corto atravesaba el Mühlenfriedhof, el cementerio más importante de la ciudad. Lejos de ser un lugar siniestro, triste y frío, era un bonito y extenso jardín donde se respiraba paz, cruzarlo era un paseo muy agradable.
Tal vez fue esa experiencia la que hace que me guste visitar algunos cementerios.
El lugar responde exactamente al significado de la palabra cementerio en alemán, Friedhof (fried: pacifico, hof: patio). Muchos años después pude experimentar la misma sensación de paz y sosiego también en un cementerio alemán, cuando en Berlín iba desde la casa donde vivía Lucia, en Solmsstraβe, hacía el centro. Atravesaba los cementerios de Halleschen Tor, en el barrio de Kreuzberg, donde sin buscarla,  encontré la tumba de Felix Mendelssohn Bartholdy y de numerosos miembros de su familia.
Los cementerios, como los mercados, son un buen reflejo de la sociedad.
En ellos se concentran obras de arte, esculturas, arqueología, diferentes modelos de ingeniería urbanística, las tumbas de personajes ilustres, en suma, la huella del paso de los años, que son la historia de un  lugar o una ciudad. Hasta literatura podemos encontrar en los cementerios si nos referimos a los epitafios que figuran en algunas sepulturas, algo que merece una entrada aparte (el año que viene por estas fechas).
Hace unos pocos años se ha puesto de moda en España una nueva modalidad turística, el necroturismo. En Europa ya es más tiempo conocida. Puede parecer extraño pensar que un cementerio sea un lugar de interés turístico.

Los que apoyan el necroturismo consideran que es una buena manera de favorecer la preservación y el cuidado de los cementerios, considerados como espacios que guardan un importante patrimonio histórico, artístico y social. Cada vez hay más destinos turísticos que empiezan a promocionar las visitas a sus cementerios como una atracción más. Hay ciudades que cuentan con cementerios que puede resultar interesante, bien por su forma arquitectónica o por ser lugares donde está enterrado algún personaje célebre o infame.
No cabe duda que algunos cementerios son lugares repletos de historia y arte.
No me considero una necroturista, los cementerios no son el objetivo de mis viajes pero he visitado algunos y he disfrutado con ello.
Cuando fui al valle del Roncal  visité el mausoleo de Julián Gayarre obra del valenciano Mariano Benlliure. La obra recibió la medalla de honor de escultura en la Exposición Universal de Paris en 1900 y la reina regente María Cristina quiso instalarlo junto al Teatro Real de Madrid pero la familia del tenor se negó.
He visitado algunos de los típicos cementerios turísticos como el de la Recoleta en Buenos Aires, el cementerio de Eyüp en Estambul que ofrece unas  impresionantes vistas del Cuerno de Oro y el cementerio Judío de Praga, pero en Praga también he visitado otro cementerio menos conocido, pero muy interesante tanto por los personajes ilustres que allí descansan, como por las maravillosas vistas que desde allí se tienen de la ciudad y el río Moldava: el cementerio de Vyšehrad.
La colina de Vyšehrad, donde se encuentra el cementerio, desde el punto de vista turístico es la zona menos conocida de Praga, hay guías que ni siquiera la mencionan.  Si vais a Praga no dejéis de visitarla, es un lugar lleno de historia y encanto, tranquilo y alejado de los circuitos turísticos de la ciudad. También merece otro post que algún día escribiré.
En su obra Adonaïs, Percy Shelley dice:
“The cemetery is an open space among the ruins, covered in winter with violets and daisies. It might make one in love with death, to think that one should be buried in so sweet a place.”
Percy Bysshe Shelley, uno de los máximos exponentes de poesía romántica inglesa, está enterrado en el Cementerio Protestante de Roma, del que dijo en vida, que era "el cementerio más bello que había visto".
Yo no diría tanto, pero si recomendaría su visita a los visitantes de Roma.
* Iglesia de San Nectan en Hartland, Devon.
** Tumba de Felix Mendelssohn en Kreuzberg, Berlín
***Ángel en La Recoleta, Buenos Aires.
**** Sepultura de Smetana en Vyšehrad, Praga.
***** Cementerio de Vyšehrad.
****** Cementerio de Mortehoe, North Devon.