martes, 10 de diciembre de 2019

A propósito del cambio climático

Cada vez que me ducho, y es prácticamente todos los días, me acuerdo de don Miguel Arias Cañete, yo no soy tan valiente como él, no me ducho con agua fría.
El que fue ministro de ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y Comisario europeo de Acción por el Clima y la Energía, dijo: "mientras se espera a que salga agua caliente, se desperdicia mucha agua", y como no estaba dispuesto a consumir un litro de agua más que el necesario, él se duchaba con agua fría; realizó esta declaración durante su participación en los desayunos de Fórum Europa en abril del año 2013.

Consciente como soy de la cantidad de agua que se puede desperdiciar desde que se abre el grifo de la ducha, hasta que esta alcanza una temperatura agradable, y como la educación que recibí de mis padres, no me lo permite, dispongo de un pequeño cubo y en él recojo el agua desde que empieza a salir cuando abro el grifo hasta que sale templada; entonces me ducho. El agua que se recoge en el cubo, suelen ser unos 4 litros, la empleo en regar las plantas o fregar el suelo de casa. Esto ya lo hacía antes que don Miguel se pronunciara, pero desde que leí sus declaraciones me acuerdo de él.
Con este pequeño gesto y con muchos otros que a lo largo del día pongo en práctica, intento cuidar a la Tierra.
No me hacen falta cumbres del clima ni profetas apocalípticos para tener claras mis acciones y  contribuir a la solución del problema que supone el cambio climático.
Es como todo, una cuestión de Educación, educación con mayúsculas.
Desde mi infancia, y ya ha llovido mucho desde entonces (tengo 68 años), fui educada por mi madre en el amor a la Naturaleza. Mi madre, que ahora tendría 101, era ecologista antes de que estuviera de moda; aunque el termino fue acuñado en 1869 por el naturalista y filósofo alemán Haeckel, lo que conocemos como ecologismo moderno fue fomentado tras la creación del Club de Roma en 1970 y por las resoluciones de la Conferencia de las Naciones Unidas de Estocolmo en 1972.
La educación en valores es fundamental para todo; educar no es solo la enseñanza y el aprendizaje de materias y de habilidades; educar implica además la enseñanza de principios éticos y morales. El objetivo final de la educación es formar personas responsables. En mi opinión la educación en la familia es la más importante. La postura de algunos padres que fían la educación de sus hijos a la escuela o a los gobiernos, me parece un grave error.
El desprecio a la institución familiar tiene graves consecuencias, incluso para el clima. Yo aprendí en familia a cuidar la Naturaleza, a amarla y a respetarla.

jueves, 28 de marzo de 2019

The Blackout

Aunque para algunos pueda parecer raro, en Inglaterra sale el sol y en el Norte de Devon, luce con bastante frecuencia. En el mes de junio, el sol sale a las 5 de la mañana y se pone a las 21:30 horas. Pensareis que más horas de luz solar tienen en la península escandinava o en el norte de Rusia, de hecho es algo que he podido contemplar con mis ojos. Pero para lo que en este momento me interesa, me voy a referir a las horas de luz de Hiscott, donde viven mis nietos.
Por la mañana se levantan aproximadamente, a las 6 y media y se acuestan a las 19.30. A esa hora es de día en primavera y verano, el sol aún luce durante un par de horas y por ello hay que procurar oscuridad tapando la ventana del dormitorio. En Inglaterra, como en otros países del norte de Europa, es difícil ver persianas en las ventanas.
 En uno de mis viajes a casa de mi hija, hace unos 3 años, le ayude a coser una blackout.
En este caso se trataba de que el paño negro cumpliera la función inversa que cumplían las cortinas blackout cuando se popularizaron.
Se trata de que no entre la luz en casa y en el blackout se trataba de que no saliera la luz de casa.
Esta introducción me sirve para escribir sobre el blackout.
El blackout comenzó en Inglaterra el día 1 de septiembre de 1939, el mismo día que los nazis invadieron Polonia y dos días antes de que el Reino Unido declarara la guerra a Alemania.
Se impusieron normas para conseguir un apagón; en todas las casas las ventanas y puertas debían estar cubiertas por la noche, antes del atardecer, con material adecuado, como cortinas pesadas, cartón o pintura, para evitar el escape de cualquier destello de luz que pudiera ayudar a los aviones enemigos.

Las luces de la calle estaban apagadas o atenuadas y protegidas para desviar la luz hacia abajo. Los semáforos y los faros de los vehículos estaban equipados con cubiertas ranuradas para desviar el haz al suelo.
Las tiendas y las fábricas tenían problemas singulares. Las naves, con grandes áreas de techo de vidrio, encontraron imposible instalar paneles de apagón temporales y los métodos permanentes (como la pintura) hicieron que no hubiera luz natural durante el día. Los comerciantes no solo tenían que cerrar las ventanas, sino que también tenían que proporcionar un medio para que los clientes se fueran y entraran a sus instalaciones sin dejar que la luz se escapara. Las tiendas tuvieron que instalar puertas dobles "como esclusas” para evitar que se vieran luces al entrar y salir.
Como la mayoría de los ataques aéreos de la Luftwaffe tuvieron lugar durante la noche, con el blackout, el gobierno británico quería asegurarse de que las luces no proporcionaban pistas a los pilotos alemanes de que estaban sobrevolando áreas habitadas y construidas.
Al principio, no se permitía ninguna luz en las calles. Incluso el brillo rojo de un cigarrillo encendido estaba prohibido, algunos fumadores fueron multados. Más tarde, se dio permiso para que se usaran pequeñas antorchas en la calles, siempre que el haz de luz fuera enmascarado con papel de seda y dirigido hacia el suelo.
Durante el blackout los accidentes fueron frecuentes.
Algunas personas resultaron heridas porque no podían ver en la oscuridad; resultaron lesionadas al tropezar y caer, o al chocar con cosas.
También hubo personas que murieron atropelladas. El número de accidentes de tráfico aumentó debido a la falta de alumbrado público y a los semáforos atenuados. Para evitar accidentes, se pintaron franjas blancas en las carreteras y en los postes de luz. A la gente se le instó a caminar “cara” al tráfico y se aconsejó a los hombres que se dejaran por fuera las camisas para que pudieran verlos mejor los automóviles con los faros apagados.
La delincuencia también aumentó al amparo de la oscuridad, saqueos, robos, violaciones e incluso asesinatos fueron perpetrados por individuos en solitario o en pandillas.
En 1941, los médicos diagnosticaron una nueva afección entre los trabajadores de las fábricas: la anemia por apagón. Así como el trastorno afectivo estacional se reconoce hoy en día como vinculado a la falta de luz natural en el invierno, la depresión fue una consecuencia reconocida del blackout durante la Segunda Guerra Mundial.
A medida que disminuía la capacidad de guerra alemana, se fueron suavizando las condiciones del blackout, en septiembre de 1944 se introdujo un "dim-out", que permitía iluminar el equivalente a la luz de la luna. Se impondría un apagón completo si se emitía una alerta. La iluminación completa de las calles fue restablecida en abril de 1945; el 30 de abril de 1945, el día en que Hitler se suicidó, el Big Ben se encendió 5 años y 123 días después de que se impusiera el blackout.

El 2 de abril de 2014 escribí un post dedicado a la Operation Starfish u Operación Estrella de Mar, con la que el Reino Unido camufló algunos posibles objetivos de la Luftwaffe durante el Blitz. 
haz clik en la imagen
* vista desde la ventana y ventana
**tabla con las horas de salida y puesta del sol para junio de 2019 en Barnstaple
*** blackout
**** fotos tomadas de la Internet.

miércoles, 27 de febrero de 2019

Los ficus de Valencia

En mi primer viaje a Buenos Aires, al salir del Cementerio de la Recoleta, vi en la plaza que hay ante la puerta, un árbol inmenso que todos admiraban y fotografiaban. Se trata del “gomero de la Recoleta”, un Ficus Elastica que a fines del siglo XVIII,  llevó fray Francisco de Altolaguirre desde España a Argentina, se lo entregó a su hermano Martín José de Altolaguirre que lo plantó en la finca que tenía en la Recoleta. Tiene su lugar en Tripadvisor, está situado en el puesto 100 de 808 cosas que hacer en Buenos Aires.
Entonces pensé en los enormes ficus que tenemos en Valencia, que no tienen lugar en Tripadvisor y por cotidianos, no son admirados como merecen.
En Valencia tenemos cuatro ejemplares de Ficus Macrophylla magníficos.

El más monumental de los cuatro, con una altura de más de 24 metros, se encuentra en los jardines del Parterre, junto a la gasolinera de la plaza de Alfonso el Magnánimo. Sus raíces deben de estar en intima relación con los depósitos de gasolina; la gasolinera aún está en funcionamiento pero por poco tiempo, este mes de febrero el ayuntamiento ha llegado al acuerdo de desmantelar esta estación de servicio por el peligro que supone que las poderosas raíces del viejo árbol, rompan los tanques de gasolina y acabe muriendo.

Los otros tres ficus están muy próximos, en los jardines de la Glorieta, enfrente del Palacio de Justicia, construido a final del siglo XVIII como Aduana de Valencia.

Fueron plantados en 1852 por accidente, confundidos entre los 47 magnolios que se instalaron aquel año en el jardín.
Los jardineros actuales los consideran unos titanes, seres excepcionales, capaces de resistir todo, desde guerras hasta la riada de 1957.
Los ficus, a diferencia de los magnolios, emiten raíces aéreas para facilitar el apoyo del peso de las ramas y lograr más agua y sales minerales.  En febrero de 2016, la concejalía de jardines puso en marcha una experiencia pionera en Valencia, procurando facilitar el crecimiento de las raíces aéreas para que lleguen en buenas condiciones hasta la tierra, donde si arraigan, se fijarían al suelo para proporcionar una mayor estabilidad.
Eligieron dos raíces aéreas de uno de los ficus de la Glorieta, se trenzaron, sobre el trenzado se dispuso una capa de fibra de coco con un poco de compost para mantener sujeta y húmeda la estructura, después una capa de carrizo para darle un apoyo con cierta rigidez y finalmente, una última capa de fibra de coco, protegiendo el montaje, a la  vez que se consigue oscuridad en el interior, ya que las raíces necesitan oscuridad para crecer. Toda esta estructura se prolongó hasta llegar a tierra, donde quedó sepultada. Un enrejado externo la protege y tiene carteles informativos.Tras un año de espera se procedió a la apertura de la estructura y se comprobó que las raíces de 2,40 metros habían crecido a lo largo de toda la estructura hasta el nivel del suelo, confirmando el resultado positivo de esta experiencia.

Espero que la entrada que he dedicado a los ficus del Parterre y la Glorieta os haya gustado. Si los vierais, os dejarían con la boca abierta, yo cada vez que paso junto a ellos me detengo para admirarlos.

miércoles, 30 de enero de 2019

El Mercado Central de Valencia

Me encanta viajar y cuando estoy en una ciudad o un pueblo, hay dos lugares que me gusta visitar: el mercado, un sitio lleno de vida, y el cementerio.
Para ver el mercado más bonito de Europa no tengo que ir muy lejos, está en el centro de mi ciudad, Valencia, y es el Mercado central, una construcción de estilo modernista, proyectada por Francesc Guàrdia y Vial y Alexandre Soler y March, de la escuela de Domènech  Montaner, el arquitecto del Palau de la Música Catalana, uno de los edificios modernistas que más me gustan, y al que dediqué un post en este blog, el 11 de febrero de 2012.  
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Hace una semana cumplió 101 y para celebrarlo fui e hice unas cuantas fotos que os voy a mostrar.



Es una visita obligada para quien venga a Valencia. Esta situado en el centro de la ciudad, enfrente de la Lonja y al lado de Los Santos Juanes.
Mas detalles de este fantástico mercado los podéis leer en 
o en 
http://www.jdiezarnal.com/valenciamercadocentral.html

jueves, 24 de enero de 2019

El Etna y las mariquitas

El Etna no necesita presentación, todos sabemos que es el volcán más impresionante de Europa.
El Etna domina el paisaje oriental de Sicilia, alzándose inquietante a más de 3.329 metros, es uno de los volcanes más activos del mundo y está casi en constante erupción.
La montaña es inmensa, majestuosa, gigante, una mole de fuego y fumarolas que periódicamente brama y hace estremecer cielo y tierra.
Este volcán tiene el honor de haber sido glosado, entre otros, por Homero, Platón o Virgilio.
Etna era una ninfa siciliana, que ayudó al pueblo de Sicilia a quedarse con la isla; además la resguardó de la guerra ya que el volcán era un lugar sagrado donde Hefesto en su fragua, fabricaba las armas de los dioses del Olimpo, donde construía los rayos de Zeus. Etna se convirtió en la deidad del volcán.
La mitología griega dice que Typhon, un monstruo con 100 cabezas de dragón, fue sepultado bajo el monte Etna por Zeus después de que intentara rebelarse contra él, y desde entonces ha estado escupiendo sus furiosas llamas.
Según Homero en La Odisea, la montaña albergaba al gigantesco monstruo de un solo ojo, el cíclope Polifemo.
Virgilio, en la Eneida, describe una de las erupciónes del volcán, terrible en su ímpetu, extraordinaria en su manifestación:
Il porto, vasto,
dall'impeto dei venti immoto giace,
ma con rovine spaventose al cielo
lancia tuonando l'Etna e fumo e pece,
globi di fiamme alzando e di faville
che sfiorano le stelle; e a volte i massi,
divelti dalle viscere dei monti,
scaglia eruttando, e liquefatti assi
volge nell'aria con fragor di tuono,
tutti scotendo i più profondi abissi.
Sus vecinos dicen que es “il vulcano buono”. Catania tiene una estrecha relación con el volcán, que rige y controla a la ciudad como un padre que vigila a su hija y que, cuando se enoja, deja brotar de las profundidades su furia, pero siempre le advierte con tiempo suficiente para poder enfrentarse a la situación. Los menos, consideran al Etna como un enemigo para la ciudad y sus habitantes.
Pero creo que los sicilianos se sienten orgullosos del Etna, que fue reconocido en 2013 como Patrimonio Mundial  de la Unesco.
Puede ser un volcán aterrador cuando desata el poder de la naturaleza, pero ofrece paisajes de una belleza inconmensurable.
Por todo ello era un lugar que no podía dejar de visitar cuando fui a Sicilia.
Sus laderas parecen un ambiente hostil para la vida, por ello mi sorpresa fue mayúscula y muy agradable, no había leído nada, quede impresionada por la presencia constante y abundante de mariquitas que aparecían como diminutos guijarros rojos entre el gris de la lava.
La mariquita es un insecto que desde niña me ha encantado, tanto por su belleza como por ser muy beneficioso para el campo, donde juega un importante papel en la lucha contra las plagas de áfidos (pulgones). En el Etna hay dos especies de mariquitas, la "Cocinella septempunctata" y la "Adalia bipunctata". La mariquita es capaz de soportar bajas temperaturas y puede moverse con habilidad en este ambiente adverso.
Llegan hasta cotas muy altas, entre 1.800 y 2.800 metros, transportadas por cálidas corrientes ascendentes y obedeciendo a un instinto aún poco conocido; realizan su vuelo migratorio hacia las faldas del Etna donde pasan varios meses en un estado de diapausa, a salvo de sus depredadores (arañas, pájaros y roedores). Al comienzo de la primavera siguiente, cuando la población de áfidos se ha recuperado en los campos de frutales, las mariquitas emergen gradualmente de sus escondites y migran hacia ellos.

Si visitas el Etna, mira donde pisas, disfruta del paisaje verdaderamente único que te ofrece este inmenso volcán y admira la maravilla que supone la presencia de las mariquitas en este lugar desierto e inhóspito, pero fascinante.