martes, 25 de noviembre de 2008

desde el cuadro nos miran

Alguna vez alguien te habrá dicho ante un cuadro, que el personaje te mira, te pongas donde te pongas.

Este "efecto óptico" tiene una explicación muy sencilla, y es común a los retratos en los que el personaje mantiene una mirada frontal.

Un cuadro es una figura plana. Si nos desplazamos lateralmente, vemos exactamente lo mismo que de frente: no podemos verla lateralmente. Las pupilas siguen en el centro de los ojos independientemente de dónde esté el que contempla el cuadro; lo mismo pasa con la nariz: no la vemos de perfil por más que nos ladeemos, pues solo existe su vista frontal. Por tanto, te pongas donde te pongas, siempre verás la punta de la nariz en el centro de la cara y las pupilas en el centro de los ojos; tendrás la sensación de que te mira directamente a ti.
Lo extraño sería que dejara de mirarte.
Hay algunos pintores que suelen eludir la mirada frontal en sus retratos, precisamente para mantener la distancia entre el cuadro y el mundo del observador.

* Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer de Valeriano DOMÍNGUEZ BÉCQUER. Óleo sobre Lienzo. Museo de Bellas Artes de Sevilla
** la niña de mis ojos. Sanguina.

5 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

¡Y yo que creía que era mérito del pintor...! En fin, una nunca deja de aprender. Besitos.

Anónimo dijo...

Nunca me habían explicado tan bien la sensación de que el personaje del cuadro te está mirando. Salvador.

Isabel Barceló Chico dijo...

Supongo que marcharás con tu hija. Que tengas muy buenas fiestas y el año nuevo te traiga nuevas ilusiones. Besos.

Unknown dijo...

hi

Luciano Montero Viejo dijo...

Creo que el requisito no es que la mirada sea frontal ni que el iris esté en el centro del ojo. Precisamente se ha elegido un cuadro de Bécquer en el que la cara está ladeada y por tanto la mirada no es frontal sino hacia un lado. El verdadero requisito es que el modelo mire al pintor, si hablamos de un cuadro, o que mire a la cámara, si hablamos de una fotografía. Entonces la perspectiva de quien observe el cuadro o la foto será siempre la del pintor o fotógrafo, independientemente de donde se sitúe el observador.